Samsung aterriza con una configuración bastante corriente y un dato inusual. Sus 5 pulgadas con resolución HD cuentan con tecnología TFT, distinta a las IPS LCD o AMOLED que Samsung suele utilizar, además del relieve propio de las pantallas 2.5D. Para el procesador, los coreanos han montado un chip de cuatro núcleos no revelado por ahora que está acompañado por 2GB de RAM y 16GB de memoria interna, además de un slot para tarjetas microSD.
Estamos ante un smartphone con un juego de cámaras de 8 y 5 megapíxeles con apertura f/1.9 además de contar la trasera con flash LED. El terminal, de cuerpo metálico unibody, llega con lector de huellas, dos ranuras para tarjetas SIM y conectividad LTE, además de una batería no extraíble de 2.400 mAh. Estará disponible en dos colores, negro y dorado, a un precio de aproximadamente 200 euros al cambio.